Entrevista de Reuters: Cómo una aerolínea global encuentra oportunidades en la sostenibilidad   

Nota del editor: Esta entrevista fue realizada por Tim Nixon, editor jefe de Thomson Reuters, especializado en sostenibilidad, y está publicada en su sitio de Internet. El artículo se reproduce aquí con el debido permiso.

A medida que intentemos revertir el cambio climático, la oportunidad de liderazgo de la iniciativa para la aviación mundial cobrará cada vez más importancia. Actualmente, el sector de la aviación contribuye en un 5 % a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero producidas por el hombre, y se espera que dicha cifra aumente. En esta entrevista, Christine Boucher, directora jefe de medioambiente, sostenibilidad y cumplimiento de  Delta Air Lines , nos habla de cómo la aerolínea combina la compensación de emisiones de carbono con otras innovaciones para empezar a encontrar el camino hacia un mundo con menos emisiones de carbono. 

Tim: ¿Por qué la sostenibilidad es importante para Delta?

Christine Boucher

Christine: Las Normas estratégicas de Delta (Rules of the Road) guían todas las decisiones comerciales que tomamos y nos exigen que minimicemos nuestro impacto sobre el medioambiente. Al mismo tiempo, nuestro código ético nos exige que ejerzamos una ciudadanía global responsable. Aunque estos lineamientos son fundamentales, también escuchamos las opiniones de nuestros clientes corporativos e inversores de forma habitual sobre lo que estamos haciendo en este sentido. Todo esto ha contribuido a la decisión de Delta de convertirse en la única aerolínea que, voluntariamente, ha decidido reducir sus emisiones a niveles de 2012, antes de la implantación del Plan de compensación y reducción de carbono para la aviación internacional (CORSIA) de la OACI, que reducirá las emisiones a niveles de 2019/2020. Por este motivo, también los empleados de Delta iniciaron este año un grupo empresarial de recursos llamado “Green Up” para centrarse en formas mediante las que Delta puede marcar la diferencia en el escenario de la sostenibilidad medioambiental. Los integrantes son personas realmente apasionadas que producen ideas increíblemente creativas, tales como, por ejemplo, cómo podemos continuar impulsando formas innovadoras de reutilizar nuestros uniformes de atención al público y encontrar soluciones para reducir los residuos en nuestros centros empresariales.

Tim: ¿Este aspecto está cobrando importancia como impulsor de oportunidades empresariales?

Christine: Nuestro enfoque de la sostenibilidad ha sido siempre holístico, en el sentido de que no nos hemos centrado únicamente en el medioambiente: necesitamos ser sostenibles en todas las áreas de nuestro negocio a largo plazo. La implementación de programas de sostenibilidad medioambiental no puede hacerse a expensas de nuestros objetivos empresariales, nuestros compromisos con la comunidad ni viceversa. Con esto en mente, hemos desarrollado un programa medioambiental que, además, contribuye a los objetivos financieros de la aerolínea de crecimiento y rentabilidad a través de prácticas empresariales innovadoras, que minimizan los impactos medioambientales de nuestras operaciones a la vez que fomentan la salud, el bienestar y la productividad en las comunidades en las que nuestros empleados y clientes viven y trabajan.

Sostenibilidad

El resultado ha sido que las partes interesadas, incluidos los inversores, clientes, empleados y comunidades, pueden sentirse bien con las decisiones sobre viajes que toman con Delta. Uno de los ejemplos principales son las nuevas asociaciones que hemos firmado este año con la Universidad de Duke y con los Seattle Seahawks. Ambos querían compensar las emisiones producidas por sus viajes en Delta y, a su vez, beneficiar a sus comunidades locales. También fuimos la primera aerolínea en reciclar los residuos producidos en nuestras aeronaves, y hemos reciclado más de tres millones de libras de aluminio procedentes de los desperdicios abordo (lo que equivale a 22 Boeing 747) a lo largo de los últimos 10 años. Los fondos conseguidos a través de ese programa y del reciclaje del aceite en operaciones técnicas se han empleado para construir nueve de las 253 viviendas que hemos construido junto con Habitat for Humanity.

Tim: ¿Cuáles son las áreas en las que pueden causar un mayor impacto positivo en su negocio o a gran escala?

Christine: Al ser la quema de combustible la responsable de más de 98 % del total de las emisiones de Delta, y al ser el combustible nuestro segundo mayor coste, reducir nuestra huella de carbono es lo que más afecta a nuestra estrategia general de sostenibilidad. Eso no significa que no estemos investigando otras áreas en las que podemos ser más eficientes. Nuestra división de operaciones técnicas emplea una importante cantidad de agua en sus trabajos de mantenimiento de la flota, así que la forma en la que gestionamos nuestras aguas residuales importa y se suma al resto de nuestras iniciativas. El año pasado nos asociamos con el aeropuerto de Atlanta en una campaña en la que nuestros clientes y empleados pueden tomar parte activa en la conservación y la recuperación del agua. También hemos reducido nuestros residuos peligrosos en un 27 % solo el pasado año, lo que no es bueno únicamente para el medioambiente, sino que también reduce los costes asociados con ese aspecto del negocio. Además, cuanto más nos impliquemos con nuestros empleados y clientes en las comunidades en las que trabajamos y vivimos, más positivo será nuestro impacto. Los fondos recaudados a través de nuestro programa para construir viviendas con Habitat, y nuestras asociaciones con la Universidad de Duke y con los Seattle Seahawks, son dos ejemplos principales.

Tim: ¿Cómo logran ese impacto?

Christine: La sustitución del 20 % de nuestras aeronaves de fuselaje estrecho de flota principal en los próximos cinco años por A321, Bombardier CS100 y Boeing 737-900ER, más silenciosos y con menos consumo de combustible, continuará con el trabajo que llevamos realizando estos años en nuestras iniciativas de compensación de emisiones y de mejora de la eficiencia de combustible. También hemos sustituido más del 13,5 % de nuestros equipos de tierra por modelos con motores eléctricos, y hemos reducido el peso total de las aeronaves mediante la mejora de la eficiencia del servicio de comidas, instalando alerones en nuestros Boeing 737-900ER para convertiros en los aviones más eficientes e instalando frenos de carbono en parte de nuestra flota para reducir el peso de las aeronaves en 700 libras.

Desde 2013, Delta ha adquirido voluntariamente compensaciones de emisiones de carbono por valor de 8 millones de USD (más de 2,5 millones de USD solo en 2017), y nuestro objetivo es conseguir una mejora del 2 % en la eficiencia de combustible en 2018, lo que concuerda con el objetivo de la IATA para las aerolíneas de mejorar la eficiencia de combustible en un 1,5 % año tras año. Las compensaciones no solo responden a nuestras emisiones, sino que también tienen un mayor impacto social, como, por ejemplo, ayudar a los agricultores a revertir los devastadores efectos de la deforestación, la sequía y el hambre por medio de la plantación de árboles, que se han convertido en “cultivos rentables” gracias a sus créditos de carbono, y también se han convertido en parte de la solución para combatir la pobreza a nivel mundial.

También hemos aplicado la creatividad, desarrollando una aplicación de predicción meteorológica de vuelos para nuestros pilotos que les permite saber las mejores corrientes de aire y evitar el mal tiempo, quemando así menos combustible. El impacto se refuerza cuando las tripulaciones realizan acciones simples, como el rodaje con un solo motor, o piden a los clientes que bajen las persianas de las ventanillas en cabina durante los meses de verano para mantener la temperatura baja y evitar un gran uso de potencia auxiliar.

Cada acción cuenta, y la industria de la sostenibilidad lo está notando. En 2016, Delta ahorró más de nueve millones de galones de combustible, lo que consiguió una reducción total de las emisiones de 90 000 toneladas métricas; y, de nuevo, la aerolínea fue incluida en el Índice Dow Jones de Sostenibilidad de Norteamérica por séptimo año consecutivo.

El alcance del compromiso con la comunidad de Delta alcanzó nuevas cotas en 2016, cuando nos comprometimos a invertir el 1 % de los ingresos netos para apoyar acciones de implicación con la comunidad.

Tim: ¿Cómo miden su impacto?

Christine: Delta está midiendo voluntariamente sus emisiones absolutas y limitándolas a los niveles de 2012, pero parte del aumento de las mismas se debe directamente al crecimiento del negocio y al aumento de vuelos. Nuestras métricas de eficiencia tienen en cuenta el crecimiento, y en 2017, nuestra eficiencia de combustible mejoró en un 2,2 % en comparación con el año anterior. Además de centrarnos en reducir las emisiones de nuestros aviones, también continuamos sustituyendo nuestros equipos de tierra por otros con motores eléctricos e implementando iniciativas de ahorro energético en nuestras instalaciones de tierra.

Tim: ¿Cómo puede empezar Delta a reducir su emisión total de gases de efecto invernadero con el paso del tiempo, en lugar de continuar centrándose en la adquisición de compensaciones?

Christine: Aunque hacemos muchas cosas para reducir el total de nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, siempre se puede hacer más. Estamos comprometidos a invertir en nuestra flota y a reducir la quema de combustible a través de una gran variedad de tácticas aplicadas en todo el negocio. También nos mantenemos al tanto del mercado de biocombustibles, en caso de que llegue el punto en el que se demuestren su escalabilidad y su sostenibilidad económica para las aerolíneas mundiales que consumen cientos de millones de galones de combustible al año.

Tim: A diez años vista, ¿qué tipo de innovaciones de sostenibilidad ayudarán a impulsar nuevos beneficios para su negocio?

Christine: Es difícil saber cuál será el escenario de la sostenibilidad en diez años, pero el innovador enfoque de Delta del negocio se amplía a todas nuestras asociaciones de sostenibilidad, como nuestra reciente alianza con el Georgia Tech Ray C. Anderson Center for Sustainable Business, a fin de poder evaluar cuáles de las últimas innovaciones en sostenibilidad pueden impulsar valor para el negocio.  También contratamos a expertos en sostenibilidad dentro y fuera del sector de las aerolíneas para mantenernos a la cabeza de la evolución de las tendencias, de los avances tecnológicos y de las necesidades de las comunidades, a fin de asegurarnos seguir siendo líderes proactivos de la sostenibilidad.

Boeing 737-900

Since 2013, Delta has voluntarily purchased about $8 million in carbon offsets – more than $2.5 million in offsets in 2017, alone – and our goal of achieving a 2 percent improvement in fuel efficiency in 2018 aligns with the IATA goal for airlines of improving fuel efficiency by 1.5 percent year-over-year. Offsets not only account for our emissions, but have greater social impacts like empowering farmers to reverse the devastating effects of deforestation, drought and famine with tree plantings that become “cash crops” thanks to their carbon credits and become part of a solution to impact global poverty.

We’ve also gotten creative in developing a proprietary flight weather viewer app for our pilots that allows them to better predict smooth air and avoid weather, burning less fuel. The impact is bolstered when crews do simple things like taxi under the power of a single engine or ask customers to pull the shades down in the cabin during summer months to keep it cooler so auxiliary power isn’t needed as much.

Every bit counts and the sustainability industry is taking notice. In 2016 Delta saved over 9 million gallons of fuel resulting in reducing total emissions by 90,000 metric tons and the airline was again named as the to the Dow Jones Sustainability Index North America for the seventh consecutive year.

Delta’s community outreach commitment hit a new high in 2016 when we committed 1 percent of net profits to support community engagement efforts.

Tim: How are you measuring that impact?

Christine: Delta is voluntarily measuring our absolute emissions and capping them at 2012 levels, but part of that growth is directly due to growing the business and flying more. Our efficiency metric takes the growth into account, and in 2017 our fuel efficiency improved by 2.2 percent compared to the year before. In addition to our focus on reducing aircraft emissions, we are also continuing to electrify our ground equipment fleet and implementing energy-savings initiatives at our ground facilities.

Tim: How can Delta begin to lower its total GHG emissions over time instead of holding steady with offsets?

Christine: While we are doing a lot to lower our overall greenhouse gas emissions, more can always be done. We are committed to investing in our fleet and reducing fuel burn through a variety of tactics across the business. We are also keeping an eye on the biofuels market in the event it reaches the tipping point of being both scalable and economically sustainable for global airlines that consume hundreds of millions of gallons of fuel a year.

Tim: Looking out 10 years, what types of innovations from sustainability will help to drive new benefits to your business?

Christine: It’s hard to know what the sustainability landscape will be in 10 years, but Delta’s innovative approach to business extends to all of our sustainability partnerships like our new one with the Georgia Tech Ray C. Anderson Center for Sustainable Business so we can evaluate which of the latest sustainability innovations can drive value for the business.  We are also engaged with sustainability experts inside and outside the airline industry to stay abreast of evolving trends, technological advancements and community needs to make sure we remain proactive sustainability leaders.

 
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