Plan de vuelo de sostenibilidad acelerado de Delta   

A350 flying over mountains

En marzo de 2020, Delta se puso la meta de empezar su viaje para lograr la neutralidad de carbono con la herramienta más útil disponible en ese momento: las compensaciones de carbono. A día de hoy, nuestra visión de un camino hacia delante es más amplia y está centrada en una estrategia de descarbonización a largo plazo. Pam Fletcher, directora ejecutiva de Sostenibilidad de Delta Pam Fletcher, directora ejecutiva de Sostenibilidad de Delta.

Más allá de lo increíble que resultan de por sí, los viajes aéreos traspasan barreras que una vez parecieron insuperables. Consigue reunir a personas y culturas de los lugares más lejanos del planeta, ampliando nuestras experiencias colectivas y construyendo la comprensión. En Delta, vemos los viajes como una fuerza noble para el bien, y el milagro de los vuelos nos ayuda a entender mejor el impacto del cambio climático.  

Aunque la aviación continúa haciendo avances tecnológicos, la propulsión de los aviones y combustibles fósiles hace que sea de los sectores más difíciles de descarbonizar. La parte más clave de nuestro negocio (los vuelos) cuentas por 98% de las huellas de carbono de la aerolínea.  

Este es el desafío que inspiró mi decisión a principios de este año para unirme a Delta como directora ejecutiva de Sostenibilidad. Trabajar con el equipo de Delta para crear un futuro sostenible supone un desafío urgente y una oportunidad para liderar un cambio significativo. Las soluciones que desarrollemos ayudarán a definir el próximo siglo del transporte aéreo.  

En mis años ayudando a la construcción de un futuro con cero emisiones para la industria automovilística, experimenté de primera mano que los grandes retos, especialmente los de gran impacto, inspiran la innovación y el avance técnico, a la vez que sacan lo mejor de las personas. El cambio climático exige que todas que todas las partes tomen partido con dedicación y sentido de la urgencia para escuchar y actuar. Las aerolíneas, los fabricantes, los gobiernos, los consumidores y los contribuyentes aún no descubiertos deben trabajar juntos para promover programas y servicios respetuosos con el clima, al tiempo que mejoran la experiencia global de los viajes.   

En marzo de 2020, Delta se puso la meta de empezar su viaje para lograr la neutralidad de carbono con la herramienta más útil disponible en ese momento: las compensaciones de carbono. A día de hoy, nuestra visión de un camino hacia delante es más amplia y está centrada en una estrategia de descarbonización a largo plazo.  Mientras remodelamos los fundamentos de la aviación, nos dedicamos tanto a hacer progresos inmediatos como a invertir sabiamente en soluciones disruptivas. Una cartera de acciones a corto, medio y largo plazo en toda la industria es esencial para lograr una aviación neta cero.  

LARGO-PLAZO: INFORMACIÓN PARA UN FUTURO DE EMISIONES CERO EN VUELOS  

¿Cómo será un sistema de propulsión para misiles o fuselaje en 2050? Delta sigue fomentando e incentivando las tecnologías aeronáuticas revolucionarias y disruptivas con nuestra base de suministros y los creativos de fuera del sector, forjando un ecosistema para catalizar la innovación. Estamos colaborando con Airbus para estudiar  los aviones con motores de hidrógeno  junto con el ecosistema requerido en los aeropuertos y mucho más para reducir potencialmete las emisiones de la aviación de manera exponencial. Somos optimistas con respecto a las empresas en fase inicial que están superando los límites con un pensamiento futurista en los aviones, propulsión y mucho más y estamos deseando promover la colaboración con la industria, la investigación y las start-ups para acelerar un futuro sostenible de la aviación.  

MEDIO-PLAZO: ESCALA, LA NUEVA TECNOLOGÍA 

A medio plazo, los combustibles de aviación sostenibles (SAF) son la situación que más impacto puede tener. Fabricados a partir de recursos renovables de origen vegetal y de residuos, los SAF pueden usarse en aviones que ya están en funcionamiento, lo cuál es genial. Se producen con una fracción de la huella de carbono del ciclo de vida en comparación con el combustible tradicional para aviones. Pero también es una tecnología emergente que no se produce actualmente a escala, lo que significa que es muy poco accesible y cuesta entre unas tres y cinco veces más del coste del combustible de aviones tradicional.  

La hoja de ruta de la industria automovilística totalmente eléctrica ofrece información sobre el SAF. Los primeros coches eléctricos tenían costes muy elevados y el ecosistema para apoyar una comercialización masiva no existía. La priorización del gobierno y el apoyo de las infraestructuras junto con la inversión de la industria ha desbloqueado una avalancha de innovaciones que están permitiendo que se produzcan coches eléctricos a escala para el gran mercado. Tenemos la misma oportunidad con el SAF de acelerar su viabilidad para que llegue a ser tan económico y ampliamente disponible como el combustible tradicional para aviones.  

Delta ha forjado colaboraciones con el gobierno federal y de los estados, desarrolladores de SAF en fase inicial y nuestra cadena de suministros de combustible para ayudar a prender a esta industria naciente. Además, la mejora de la eficacia operativa mediante la colaboración del sector con los organismos de control del tráfico aéreo y apoyar nuevas investigaciones aeroespaciales será clave para nuestro éxito.  

CORTO-PLAZO: CAMBIOS PARA LO QUE PODEMOS CONTROLAR 

Hoy, Delta  impulsa la industria hacia delante. Hemos probado que la infraestructura existe para hacer que el SAF sea accesible para los aeropuertos principales de la Costa Este aprovechando nuestra asociación con Colonial Pipeline. Estamos  financiando a las mentes más brillantes para acelerar nuevas innovaciones a través de la coinversión de nuestro fondo de pensiones con TPG Rise Climate Fund.  Estamos presionando a la industria para que considere el impacto de la aviación más allá del combustible de los aviones, incluyendo el objetivo de electrificar el 50% de nuestra flota de tierra para 2025, con cinco de nuestros principales centros de conexiones totalmente eléctricos en los próximos tres años. Y vamos a eliminar casi 2,25 millones de plásticos de un solo a uso a bordo solamente este año y a ofrecer a los clientes artículos de servicio de alimentos compostables a medida que salen al mercado nuevas opciones.  

Reducir nuestra huella de carbono es bueno para nuestro negocio, y es por lo que durante esta última década, el Consejo de carbono de Delta ha tenido el objetivo de reinventar antiguos procedimientos operativos para reducir el consumo de combustible. Tan solo en 2022, esperamos haber reducido el consumo de combustibles en unos casi 38 millones de litros a través de operaciones y modificaciones de la flota, incluyendo la reducción del peso de las aeronaves, modificar las aproximaciones de aterrizaje, optimizar la velocidad de vuelo y mucho más. Esta mejora se suma a las actuales inversiones de miles de millones de dólares para reemplazar y modificar la flota con una tecnología más eficiente, lo que ha dado lugar a nuestro mayor índice de mejora de la eficiencia del combustible en los últimos tres años.  Esto incluye  nuestro reciente encargo de una flota Boeing 737-10 que pretende mejorar la eficiencia del combustible en un 25% con respecto a los aviones que sustituirán. 

SIGUE ESCALANDO 

En mi breve estancia en Delta, me ha quedado claro que “Keep Climbing” es una forma de vida, desde los altos cargos hasta los equipos de primera línea, todos en busca de una mejora continua y grandes ideas que elevarán los próximos 100 años de aviación. Creemos en el poder incalculable de las conexiones humanas que los vuelos hacen posibles, permitiéndonos ver el mundo y salvarlo al mismo tiempo. Me hace mucha ilusión este viaje de aprendizaje, crecimiento y de hacer un cambio significativo por delante. Centrarnos en el progreso, no en la perfección, definirá nuestro camino.  

 
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